Mi vida siempre ha estado ligada al sonido. En mis comienzos, de una manera más tecnológica, pues era técnico de sonido directo y, en la actualidad, más terapéutica.

Por otra parte, también he estado unido a la música tocando la percusión y la batería en muchos grupos amateur. Todo esto me ha llevado a tener un conocimiento del sonido y sus efectos bastante amplio y desde diversas perspectivas.

Desde que descubrí los gongs, sus sonidos, y sus cualidades terapéuticas tomé una decisión importante en mi vida: dejar mi trabajo de técnico para dedicarme a expandir los beneficios que estos instrumentos generan.

Pareciera que los gongs tuviesen una inteligencia propia y supiesen dónde actuar en todo momento y qué es lo que necesita cada persona para sentirse bien.

«No termino de asombrarme de las sensaciones y vivencias que me cuenta la gente cuando recibe los Baños de Gong o los masajes.»